viernes, 20 de septiembre de 2013

[60] Saber disfrutar

"-¿Qué fregado es eso de un 'serial Killer'?
- Es una persona que mata a mucha gente. 
- Pues mucha gente mata a mucha gente: soldados, terroristas, presidentes... ¿Tú crees que yo sea uno de estos 'serial killers'?
- ¡Ah!¿Cómo cree, jefe?
- ¡Pues yo mato a mucha gente!
- Sí, pero usted es hombre de negocios. 
- ¿Y eso qué?
- Que los serial killers están locos, hacen puras cochinadas: violan, mutilan y hasta se comen a sus víctimas. También hacen cosas sexuales. 
- Entonces, solo eres serial killer si lo disfrutas. 
- Pues sí."








"Y yo, no lo disfruto"

miércoles, 18 de septiembre de 2013

[59] Homicidios del paso




 




"Hay una mujer preguntando por el inspector al cargo"


"La juez estaba en contra de la inmigración y creía en la frontera. No le gustaban los mexicanos, los quería en México"




"Brazos blancos, piernas mulatas"


viernes, 6 de septiembre de 2013

[58] Belleza fugaz

"- ¿Sabías que han excavado la tumba de la princesa Kazunomiya? [...] Dicen que hasta su almohada y sus vestidos se habían desintegrado...Sólo quedaban los huesos. [...] Yacía en una postura deliciosamente inocente, como un niño dormido. [...] Y detrás del cráneo al parecer se conservaba un mechón de pelo negro que parecía corresponder a una mujer de alta alcurnia muerta en plena juventud. [...] Pero había algo más. Algo bello, misterioso y fugaz... [...] Entre los brazos del esqueleto de la princesa Kazunomiya encontraron una placa de vidrio apenas más grande que una tarjeta de visita. Parece que eso fue lo único que encontraron. [...] El tipo a cargo de los textiles pensó que podía tratarse de un espejo de bolsillo o de una fotografía de placa húmeda. Envolvió el vidrio en un papel y lo llevó al museo. [...] El vidrio parecía transparente, pero cuando el experto en textiles lo examinó en el museo, colocándolo a la luz en diferentes ángulos, pudo distinguir la figura de un joven que vestía ropas de ceremonia y un sombrero de cortesano. Era, en efecto, una fotografía. [...] Se presume que fue enterrada con la fotografía de su marido muerto. El encargado lo creyó así y estaba dispuesto a consultar al Instituto de Investigaciones del Patrimonio Cultural al día siguiente, a ver si ellos lograban obtener una imagen más clara... Pero a la mañana siguiente la imagen se había desvanecido por completo. De la noche a la mañana, la fotografía se había convertido en un simple trozo de vidrio. [...] El artículo dice que es "la historia de una vida verdaderamente efímera." [...] Dice que el príncipe Arisugawa estaba profundamente enamorado de Kazunomiya. Por eso cabe la posibilidad de que la fotografía mostrase al amante y no al marido. Es posible que, al sentirse morir, Kazunomiya haya ordenado secretamente a sus servidores que enterraran con ella la fotografía en vidrio de su amante. El artículo dice que eso es lo que cabría esperar de un personaje tan trágico como el de la princesa. [...] Dice también que la fotografía debió haber quedado bajo tierra siempre. Kazunomiya habría deseado, sin duda, que la imagen se desvaneciera esa noche.
[...]
- ¿Y qué ocurrió con el esqueleto de la princesa? No la habrán llevado a una universidad o un museo, ¿no? Eso será demasiado cruel. Estoy segura de que la volvieron a enterrar tal como estaba.
- El artículo no dice nada al respecto, pero sin duda lo hicieron.
- De cualquier manera, la fotografía que abrazaba ha desaparecido... La pobre princesa ha de sentirse muy sola."

jueves, 5 de septiembre de 2013

[57] El gusto de hacer sufrir

"- No es fácil pasar la vida entera con la misma persona.
- Ya...
- Imagínatelo: tú y Félix dentro de 20 años. ¿La idea no te produce escalofríos?
- Nosotros no estamos casados.
- Pero él quiere fundar una familia, como se decía antes. Si quieres mi consejo, no fundes nada. Y menos una familia. 
- ¿Este señor no es el primero, verdad?
- Lo que temo es que sea el último. 
- ¿Los dejas tú?
- Normalmente.
- ¿Y qué sientes?
- Nada hay más delicioso que despachar a un amante. Bastan dos palabras mágicas: se acabó. Luego, se le añade un nombre (Fulanito o Menganito). Y él parpadea, se asusta o se alarma, se enfada o incluso se atreve a levantarte la mano. Entonces tú repites la fórmula: se acabó...en un susurro, inundada por una gozosa impresión de pérdida y de alivio. 
- Mamá, eres horrible.
- Sí, mi querida niña, soy horrible. Tarde o temprano descubrirás que tú también eres horrible; en eso consiste la madurez: en descubrir que somos espantosos."




"Marido ya tengo"



"Otros peces pescarán para orgullo de los ridículos pescadores"